El Obús estalló por primera vez en Argentina
Foto: Angeles Costa |
Por primera vez se presentaba en nuestro país uno de los
baluartes del heavy metal español: Obús, banda que junto a Barón Rojo supo
liderar la escena de la Madre Patria en los años dorados del género. Cuando me
enteré de su venida, no pude evitar emocionarme: todavía conservo la edición
nacional en cassette de El Que Más, un material que prácticamente gasté de
tanto escucharlo.
La cita era en El Teatrito, un jueves con apertura de
puertas a las 18:00. Al ser día laboral, el público al principio era escaso,
pero la pasión empezó a calentar motores desde temprano.
Los primeros en subir a escena fueron Viatorem Astra, banda de power metal con fuerte impronta sinfónica. Con un sonido cuidado y una sólida presencia escénica, ofrecieron un set compacto y efectivo, destacándose por sus melodías épicas y una ejecución precisa. Si bien el público aún era reducido a esa hora, lograron captar la atención con temas bien construidos y una vocalista que supo conectar con la audiencia desde el arranque.
Foto: Angeles Costa |
Luego llegó el turno de Ojos Negros, representantes del
oeste bonaerense, que aportaron una buena dosis de energía con su heavy/speed
metal de la vieja escuela. Con un set más crudo y directo, comenzaron a
calentar el ambiente con riffs veloces, actitud al palo y una propuesta que
evocaba el espíritu del metal ochentero. La banda aprovechó cada minuto sobre
las tablas para dejar su marca con una entrega sin fisuras.
Maligno, tercera banda de la noche, trajo una propuesta
sólida de heavy metal clásico con identidad propia. Con temas potentes y una
base bien ajustada, lograron mantener en alto la atención del público. Su
vocalista se mostró carismático, interactuando con soltura mientras descargaban
un repertorio de temas propios cargados de peso y actitud.
La antesala perfecta para la leyenda fue Velocidad 22, que
ya con El Teatrito casi lleno, ofrecieron una actuación encendida, respaldada
por una base fiel de fans que corearon cada tema, destacándose los cortes de su
último disco Alcohol y Gasolina. Su show dejó la sala completamente preparada
para lo que vendría.
Foto: Angeles Costa |
A las 21:30 en punto, Carlos Mirat (batería), Luisma Hernández (bajo) y el histórico Paco Laguna (guitarra) tomaron el escenario. Tras una breve intro instrumental, hizo su entrada el inconfundible Fortu Sánchez, desatando una ovación ensordecedora. "Necesito Más" fue el disparador de una catarata de coros, saltos y emoción contenida durante décadas. Le siguió "La Raya", y ya para entonces El Teatrito estaba prendido fuego. Sonaron clásicos como “El Que Más”, “Corre Mamón” y “Dinero, Dinero”, en un repertorio que fue un auténtico repaso por los grandes himnos de la banda. Con 45 años de carretera, Obús demostró estar en excelente forma: los riffs demoledores de Paco Laguna, la base rítmica sólida de la nueva formación, y Fortu, un frontman de aquellos. No solo con una voz intacta, sino con una entrega física admirable: se subió al bombo de la batería, hizo verticales y hasta se tiró al público para un épico stage diving.
Uno de los momentos más intensos fue sin duda “Te Visitará
la Muerte”, con Fortu en plan chamán, “bendiciendo” al público mientras la
banda arrasaba el escenario. La conexión con la gente fue total.
El cierre vino de la mano de “Va a estallar el Obús”, “Vamos
Muy Bien” y “Autopista”, coronando una noche que quedará en la memoria de
quienes, como yo, esperaron años por este momento.
Fue una noche cargada de emoción, clásicos, y puro rock.
Ojalá sea la primera de muchas. ¡Vamos muy bien, Obús!
Crónica: Sergio Íñiguez
Fotos: Angeles Costa. @phangiecosta